Después de tomar nota de sus últimas observaciones, por demás valiosas, me gustaría compartir con ustedes lo siguiente que explica el porqué trato de relacionar los principios y prácticas de la economía circular, como lo ha sido los correspondientes al desarrollo sustentable con los temas que cubro en mis breves pláticas, la suma de las cuales (contenidas en mis páginas electrónicas) constituyen un todo. Mi tesis doctoral realizada en Francia versó sobre la relación entre Genética y Cáncer, específicamente las leucemias. Por azares del destino al regresar a México solo encontré trabajo en la década de 1970 como jefa del departamento de Biología de la Nutrición en el Centro de Investigación IMSS Siglo XXI enel Distrito Federal. En 1971 me uní al Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM en donde por más de veinte años realicé investigaciones para evaluar el efecto genético de sustancias químicas empleadas como medicamentos de amplio consumo y contaminantes químicos ambientales (metales pesados, plaguicidas y otros). La suma de las experiencias derivadas de ello y mis actividades docentes quedaron plasmadas en numerosas publicaciones y en el libro Cáncer, Herencia y Ambiente publicado por el Fondo de Cultura Económica (FCE). Para tratar de contribuir a la prevención del cáncer me di cuenta que tendría que hacerlo desde otra posición y acepté los cargos de directora general de Salud Ambiental, Ocupacional y Saneamiento Básico en la Secretaría de Salud y después de directora general de Materiales, Residuos y Actividades Riesgosas en el Instituto Nacional de Ecología. Ello me permitió darme cuenta de que, si no se tienen facultades legales para exigir a las fuentes contaminantes que liberan tóxicos al ambiente que lo dejen de hacer, no pasa nada. Como investigadora y después como funcionaria pública, también fui parte de los grupos de trabajo que formularon los capítulos sobre gestión de sustancias químicas y residuos peligrosos, radiactivos y municipales de la Agenda 21 publicada por el PNUMA, lo cual se describe en el libro la Diplomacia Ambiental. México y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo del FCE. Antes de la fundación del INE en la Secretaría de Desarrollo Social, contribuí a la preparación del ingreso de México a la OCDE, lo que quedó plasmado en tres monografías que escribí sobre las obligaciones que derivarían para México de su adhesión a dicho organismo en materia de comercio internacional de productos químicos, movimiento transfronterizo de desechos peligrosos y otros desechos y la prevención de accidentes químicos mayores. Toda esa experiencia me llevó a aceptar contribuir a la formulación de la iniciativa de Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos como asesora de legisladores en el Congreso de la Unión que publicó los seis libros que escribí para sustentarla en un amplio diagnóstico en la materia. Desde entonces no he dejado de socializar la Ley y de apoyar la formulación de leyes y reglamentos estatales en la materia. Además de lo cual contribuí a la formulación del primer Reglamento Municipal para la Prevención, Gestión Integral y Economía Circular de los Residuos del Municipio de Landa de Matamoros, Querétaro. Así mismo, y no obstante mi edad, no dejo un día de tratar de aprender y compartir lo que aprendo, y de buscar todas las maneras para llamar la atención de quienes quieran contribuir a proteger a nuestros niños y jóvenes de los riesgos químicos ambientales.