Gestión de Residuos, Economía  Circular y Cambio Climático

Estimad@os amig@os,

Con motivo de la reunión sobre “Evaluación Estratégica del Avance Subnacional Respecto al Plan Nacional de Cambio Climático” que tuvo lugar en el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático el 6 de junio de 2019, preparé la presentación anexa para poner en perspectiva la situación de los residuos sólidos urbanos (RSU) y de manejo especial (RME) en Querétaro, la cual someto a su consideración y amable opinión.

Según indican los resultados de la citada evaluación: Las líneas de acción del Programa Especial de Cambio Climático (PECC) 2014- 2018 relacionadas con RSU fueron canceladas, y el magro apoyo presupuestario de la federación se destinó a la adquisición de equipo y vehículos para la recolección de residuos. No aparecen acciones que lleven a disminuir, minimizar, reciclar, reutilizar o valorizar los residuos y, en general, no hay acciones vinculadas con la Plan Nacional de Cambio Climático.

Las recomendaciones que se plantean en dicha evaluación, no abordan el hecho de que en México a) los residuos sólidos urbanos de grandes generadores son considerados residuos de manejo especial, b) que estos generadores deben asumir la responsabilidad de su manejo, de costear éste y de sujetarlos a planes de manejo para su reducción, reutilización y reciclaje a fin de minimizar la cantidad destinada a disposición final, y c) que su gestión corresponde a los gobiernos estatales.

Más importante aún es que ni el gobierno ni la sociedad han internalizado el hecho de que la legislación nacional en materia de prevención y gestión integral de los residuos en México está dirigida al generador, definido como toda persona física o moral que produce residuos a través del desarrollo de procesos productivos o de consumo; el cual es considerado por la Ley como su propietario o poseedor, y por lo tanto, como el primer responsable de reducirlos, reusarlos y contribuir a su reciclado.

A su vez se pasa por alto que dicha legislación tiene como eje central la responsabilidad compartida, entendida como el “Principio mediante el cual se reconoce que los residuos sólidos urbanos y de manejo especial son generados a partir de la realización de actividades que satisfacen necesidades de la sociedad, mediante cadenas de valor tipo producción, proceso, envasado, distribución, consumo de productos, y que, en consecuencia, SU MANEJO INTEGRAL ES UNA CORRESPONSABILIDAD SOCIAL Y REQUIERE LA PARTICIPACIÓN CONJUNTA, coordinada y diferenciada de productores, distribuidores, consumidores, usuarios de subproductos, y de los tres órdenes de gobierno según corresponda, bajo un esquema de factibilidad de mercado y eficiencia ambiental, tecnológica, económica y social”.

Con base en lo anterior, sería conveniente incluir entre las recomendaciones derivadas de la evaluación en comento, el hacer efectiva la responsabilidad compartida de todos los sectores para llevar a buen fin la actual “Visión Nacional Hacia la Gestión Sustentable Cero Residuos” basada en la economía circular, ya que es imposible que los gobiernos municipales y estatales por si solos puedan lograr dicha meta, tomando en cuenta que los residuos se generan como resultado de las prácticas de producción y consumo no sustentables.

Cristina Cortinas

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