En 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció explícitamente el Derecho Humano al Agua y al Saneamiento. Sin embargo, en 2015 más de una cuarta parte de la población no tenía acceso a un servicio de suministro de agua potable gestionado de forma segura (OMS/ UNICEF 2019) y más del 50% carecía de servicios de saneamiento adecuados.